2 de abril de 2024

A 42 años del inicio del Conflicto del Atlántico Sur

A 42 años del conflicto del Atlántico Sur quisiera comenzar recordando a todas las personas, isleños, argentinos y británicos, que perdieron su vida a consecuencia de aquel lamentable conflicto, a sus familias y seres queridos, a los heridos, a quienes aún sufren y a quienes se han quitado la vida a causa del trauma y el dolor sufridos durante la guerra.

Mucho se ha discutido acerca de las motivaciones detrás del inicio de la guerra. Es muy probable que la dictadura militar que gobernaba la Argentina desde marzo de 1976 pretendiera recuperar el prestigio que había perdido tras la brutal represión en la que decenas de miles de personas fueron secuestradas, torturadas y asesinadas.

Pero más allá de las motivaciones, es indudable que los militares de la dictadura iniciaron la guerra en base a una grosera apreciación estratégica que condujo a la Argentina a una derrota cuyas consecuencias aún perduran. La dictadura militar que para contrarrestar la expansión soviética en América Latina había instaurado el terrorismo de Estado iniciaba un conflicto bélico con la segunda potencia militar de la Alianza Atlántica en un momento crítico de la Guerra Fría.

El 14 de junio de 1982 las tropas argentinas se rindieron y culminó el conflicto del Atlántico Sur. El gobierno militar, debilitado por la derrota, llegaba a su fin y el 28 de enero de 1983 convocó a elecciones democráticas en las que el candidato de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín, fue electo presidente de los argentinos.

El nuevo gobierno democrático cargaba con la pesada herencia del aislamiento internacional a causa de la guerra y de las gravísimas violaciones a los derechos humanos cometidos durante la dictadura. Internamente, aunque se vivía la alegría por el retorno de la democracia, también se sufría el duelo por los muertos, el vacío y la incertidumbre por los desaparecidos y el trauma provocado por el terrorismo de Estado.

Aun así, comenzaba el periodo de democracia más extenso y estable que haya conocido la Argentina. Poco a poco la democracia argentina se fue consolidando y el temor a los habituales pronunciamientos militares se fue disipando. Hoy, la defensa de la democracia y de los derechos humanos se ha convertido en una causa que une a la inmensa mayoría de los argentinos.


24 de abril de 2023

Russia's invasion of Ukraine puts the rules-based international order at risk

 

Since the end of World War II and until the invasion of Ukraine, with the exception of the conflict in the former Yugoslavia in 1990, Europe had lived in peace. The commitments to preserve peace, enshrined in the United Nations Charter (1945), the Helsinki Act (1975) and the Paris Charter (1990), had been effective in preserving peace and resolving discrepancies within the framework of dialogue and International Law.

The annexation of Crimea by Russia in 2014 was a serious violation of the commitments made and the first time since World War II that a territory was annexed in Europe. Soon after, the pro-Russian separatist conflict broke out in Donbas in eastern Ukraine, on the border with Russia. The agreements concluded in Minsk, the capital city of Belarus, in search of finding a peaceful solution to the conflict finally failed. In 2022 Russia recognized the independence of the self-proclaimed republics of Luhansk and Donetsk and shortly after invaded Ukraine in complicity with Belarus.

With the invasion of Ukraine, Russia has violated the principle of territorial integrity. It did so in 2014 when it annexed the Crimean peninsula and again in 2022 with the aim of annexing Luhansk, Donetsk, Zaporizhzhia and Kherson. The pressure with which the Russian government tried to prevent Ukraine from joining the European Union and the rejection of Ukraine's entry into the Atlantic Alliance violate the principle of sovereignty and determination of the peoples because the Ukrainian government and people demonstrate and fight for join the European Union. With the invasion and annexation of territories, Russia violates these three fundamental principles of International Law.

In the illegal and unjustified invasion, Russia has launched attacks against populated areas, critical infrastructure and even hospitals. Amnesty International and Human Right claim to have evidence that Russia has committed war crimes. When Russian troops withdrew from Bucha, a few kilometers from Kyiv, evidence was found that they had committed mass murder and torture. Russian troops have also launched attacks on a Red Cross building and are known to have recently deported children. The evidence of all these crimes committed by Russia has been enough for the International Criminal Court to issue the arrest warrant against the President of the Russian Federation, Vladimir Putin.

Everything suggests that Russia seeks to expand to the west in search of recovering the space it occupied in times of the Soviet Union or perhaps with the intention of recreating Kievan Rus advancing through the holy war that to which the Patriarch Kirill referred to. It attempts to do so by blatantly invading, disregarding the laws and customs of war, and ignoring the United Nations Charter and the treaties on which the international order is founded.

This conduct contrasts with the initiative of Tsar Nicholas II who, in 1899, convened the first Peace Conference in The Hague, in which the Convention for the peaceful settlement of international disputes was adopted and the Permanent Court of Arbitration, the first international organization for the settlement of disputes that is still active.

Although Russia interprets the incorporation of states from the former Soviet space into the European Union and the Atlantic Alliance as an invasion of its area of ​​influence, and probably one of the reasons why Russia invaded Ukraine was to avoid it, it is clear that the accessions of Eastern European countries have been voluntary, adopted by democratic regimes, and supported by popular demonstrations.

Russia, on the other hand, has not been able to create, with the initiative of the Eurasian Alliance, an alternative project that would be attractive and would allow it to recover its influence. Quite the contrary, it exerted strong pressure to prevent Ukraine from joining the European Union and in response to this, the large demonstrations of the Euromaidan took place, which were a clear sign of the adherence that the values ​​of the European Union arouse in the Ukrainian people: freedom and democracy.

What is at risk in this conflict is not only the freedom, sovereignty and territorial integrity of Ukraine and peace and stability in Europe, but the maintenance of a rules-based international order, the full validity of the United Nations Charter and from the human rights.

It is also evident that currently the borders of many countries do not depend on their military power to preserve them, but on an international order regulated by rules that would sanction any State that tries to modify them illegally. If Russia managed to complete the annexation of the Ukrainian territory, it would set a dangerous precedent because the world order will no longer have the resources to guarantee respect for the borders as it has done up to now and in the near future many other States will be threatened because the territorial ambitions, mistrust and war in many regions of the world.




La invasión de Rusia a Ucrania pone en riesgo el orden internacional basado en normas

 

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y hasta la invasión a Ucrania, con la excepción del conflicto en la ex Yugoslavia en 1990, Europa había vivido en paz. Los compromisos para preservar la paz, consagrados en la Carta de las Naciones Unidas de 1945, el Acta de Helsinki de 1975 y la Carta de París de 1990, habían resultado eficaces para resguardar la paz y resolver discrepancias en el marco del diálogo y del derecho internacional.

La anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 fue una grave violación a los compromisos asumidos y la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que en Europa se anexaba un territorio. Poco después estalló el conflicto separatista pro ruso en el Donbás al este de Ucrania, en la frontera con Rusia. Los acuerdos celebrados en Minsk, ciudad capital de Bielorrusia, en busca de hallar una solución pacífica al conflicto finalmente fracasaron. En 2022 Rusia reconoció la independencia de las repúblicas autoproclamadas de Luhansk y Donetsk y poco después invadió Ucrania en complicidad con Bielorrusia.

Con la invasión a Ucrania, Rusia ha violado el principio de integridad territorial. Lo hizo en 2014 cuando anexó la península de Crimea y nuevamente en 2022 al pretender anexar Luhansk, Donetsk, Zaporizhzhia y Jersón. Las presiones con que el gobierno ruso intentó impedir que Ucrania ingresara a la Unión Europea y el rechazo al ingreso de Ucrania a la Alianza Atlántica violan el principio de soberanía y de determinación de los pueblos ya que el gobierno y el pueblo ucraniano se manifiestan y luchan por integrar la Unión Europea. Con la invasión y anexión de territorios Rusia viola estos tres principios fundamentales del Derecho Internacional.

En la invasión ilegal e injustificada, Rusia ha lanzado ataques contra zonas pobladas, infraestructura crítica e incluso contra hospitales. Amnesty International y Human Right afirman contar con pruebas de que Rusia ha cometido crímenes de guerra. Cuando las tropas rusas se retiraron de Bucha, a pocos kilómetros de Kyiv, se halló evidencia de que se cometieron asesinatos masivos y torturas. Las tropas rusas también han lanzado ataques contra un edificio de la Cruz Roja y se conoce que recientemente han deportado niños. Las pruebas de todos estos crímenes cometidos por Rusia han sido suficientes para que la Corte Penal Internacional dictase la orden de detención contra el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin.

Todo hace suponer que Rusia busca expandirse hacia el oeste en busca de recuperar el espacio que ocupó en tiempos de la Unión Soviética o tal vez con la intención de recrear el Rus de Kiev avanzando por medio de la guerra santa a la que se refirió el Patriarca Kirill. Intenta hacerlo invadiendo descaradamente, sin observar las leyes y costumbres de la guerra e ignorando la Carta de las Naciones Unidas y los tratados en los que se funda el orden internacional.

Esta conducta contrasta con la iniciativa del Zar Nicolás II que en 1899 convocó a la primera Conferencia de Paz de La Haya en la que se adoptó el Convenio para el arreglo pacífico de las controversias internacionales y se creó la Corte Permanente de Arbitraje, primer organismo internacional para la solución de controversias que aún continúa en actividad.

Aunque Rusia interpreta la incorporación de estados del ex espacio soviético a la Unión Europea y a la Alianza Atlántica como una invasión a la su zona de influencia, y probablemente una de las razones por las que Rusia invadió Ucrania haya sido evitarlo, resulta evidente que las adhesiones de los países de Europa del este han sido voluntarias, adoptadas por regímenes democráticos, y con el apoyo manifestaciones populares.

Rusia, en cambio, no ha logrado crear con la iniciativa de la Alianza Euroasiática un proyecto alternativo que resultase atractivo y le permitiera recuperar su influencia. Muy por el contrario, ejerció fuertes presiones para evitar que Ucrania ingresase a la Unión Europea y en respuesta a ello se produjeron las grandes manifestaciones del Euromaidán que fueron una clara muestra de la adhesión que despiertan en el pueblo ucraniano los valores de la Unión Europea: la libertad y la democracia.

Lo que está en riesgo en este conflicto no son solo la libertad, soberanía e integridad territorial de Ucrania y la paz y estabilidad en Europa, sino el mantenimiento de un orden internacional basado en normas, la plena vigencia de la Carta de las Naciones Unidas y de los derechos humanos.

Resulta también evidente que en la actualidad las fronteras de muchos países no dependen de su poder militar para preservarlas sino de un orden internacional regulado por normas que sancionaría a cualquier Estado que intente modificarlas ilegalmente. Si Rusia lograse consumar la anexión del territorio ucraniano sentaría un peligroso antecedente porque el orden mundial ya no contará con los recursos para garantizar el respeto de las fronteras como lo ha hecho hasta ahora y en el futuro próximo muchos otros Estados se verán amenazados porque volverán las ambiciones territoriales, la desconfianza y la guerra en muchas regiones del mundo.


15 de marzo de 2022

Ucrania es Europa



Hace casi diez años miles de jóvenes se manifestaban en la plaza de Kyiv en favor del ingreso de Ucrania a la Unión Europea. El gobierno intentó disolver las manifestaciones con una fuerte represión, pero eso provocó una protesta cada vez más activa que derivó en el Euromaidan y la renuncia del presidente Yanukóvich. Poco después Rusia ocupó y anexó Crimea y en el este de Ucrania se produjo el conflicto separatista prorruso del Donbás que pese a los acuerdos de Minsk para pacificar la región no pudo ser resuelto.

Seguramente Putin haya pretendido emular aquella anexión de Crimea, pero a gran escala invadiendo toda Ucrania, confiando en que las tropas se unirían a los invasores rusos, que el pueblo ucraniano lo aclamaría y que podría instalar un gobierno sometido a Moscú rápidamente.

Sin embargo, el avance ruso encontró una fuerte resistencia ucraniana. También hubo importantes imprevistos y problemas de abastecimiento. El equipamiento militar abandonado o destruido muestra signos de falta de mantenimiento y aunque la cantidad de maquinaria bélica y tropas es enorme, la mayoría de ellas parecen contar con escasa instrucción. Pronto el deshielo y la lluvia convertirán las llanuras en un lodazal intransitable en el que hasta los tanques quedan empantanados. El invasor ruso se encuentra con las mismas dificultades que enfrentaron Napoleón y más tarde Hitler en esas llanuras: un terreno sumamente hostil y un pueblo que resiste tenazmente.

Las imágenes de ciudades bombardeadas, de las víctimas de los ataques, y de más de un millón de mujeres y niños que buscan refugio en Polonia y otros países de la Unión Europea resultan estremecedoras. Los ataques a centrales nucleares, a hospitales, y a personas indefensas, evidencian la crueldad del invasor y el desprecio por el derecho humanitario que debe observarse en los conflictos armados.

Sin posibilidades de avanzar tal como lo había planificado y ante la disyuntiva de tener que retroceder y asumir la responsabilidad penal internacional por el desastre humanitario que está provocando, tal vez Putin podría doblar su apuesta e intensificar los ataques con bombardeos y misiles o quedar aferrado a un conflicto de larga duración como ocurrió en Afganistán y en Vietnam.  

Su accionar responde a una lógica imperial del siglo XIX y de la primera mitad el siglo XX cuando aún no existía la Organización de las Naciones Unidas e ignora el mandato de asegurar la paz y la seguridad internacional que le corresponde a Rusia como Estado miembro del Consejo de Seguridad.

La Unión Europea que no había superado el Brexit y apenas comenzaba a recuperarse de la crisis provocada por la pandemia del Covid 19, se fortaleció frente al sorpresivo ataque a un país europeo y dio una respuesta rápida y coordinada mostrando que puede hacer frente a las amenazas. Y Ucrania reafirma su identidad europea. Su pueblo lucha por ser libre, soberano y democrático, y ha renovado su determinación de formar parte de la Unión Europea.

26 de julio de 2015

Una reflexión a propósito del referendum griego


Las cuestiones meramente económico financieras no deben ser el único criterio para determinar si Grecia permanecerá o no en la zona euro. Es necesario tener en cuenta los esfuerzos de los griegos por permanecer en Europa y las penurias económicas y sociales que sufrieron al implementar los ajustes recomendados.

Luego de la Primera Guerra Mundial, por el Tratado de Versalles se impusieron enormes cargas a Alemania. Cargas que ocasionaron grandes penurias y más tarde el advenimiento de ideologías extremas y gobiernos totalitarios que desencadenaron la más tremenda tragedia del Siglo XX. Concluida la Segunda Guerra Mundial imponer las mismas cargas hubiese resultado impagable, por eso fue necesario reestructurar y realizar quitas a la deuda. 

A fin de evitar que otra tragedia semejante asolara a Europa se conformó la Comunidad Europea del carbón y el acero con el objeto de explotar conjuntamente aquellas minas de carbón y hierro que durante décadas habían sido motivo de disputa. El acero con el que años antes se habían fabricado armas fratricidas se empleó en adelante para reconstruir conjuntamente a una Europa que había quedado devastada por la guerra y así se reactivó la economía, se creó empleo y los europeos recuperaron la esperanza.

En el centro de la construcción europea siempre estuvo el hombre. Su objeto no fue solo una asociación comercial en busca del beneficio económico, sino fundamentalmente asegurar la paz y unidad de los pueblos porque solo mediante la paz se salvaguardarían los derechos humanos y la dignidad del hombre. Dignidad que se realiza y expresa en el trabajo, en la cultura, la filosofía, la ciencia y las artes mediante las cuales Europa siempre ha sido un referente para la humanidad.

El tecnicismo y la implementación de políticas económicas insensibles a las penurias que muchas veces ocasionan a los pueblos, no deben desplazar a la dignidad humana y a los grandes ideales que fundaron la Unión Europea. Los intereses financieros transnacionales no pueden imponerse a la expresión democrática y decidir el destino de los países.

La ciudadanía griega se manifestó democráticamente por un límite a los ajustes y un alivio a una deuda que la ahoga. Manifestó también su voluntad de seguir siendo parte de la construcción de una Europa que le debe filosofía, cultura y valores. Esa expresión debe ser oída porque para avanzar en la integración se requiere de una economía que vuelva a estar al servicio del hombre y asegure la unidad y la paz.